jueves, 11 de octubre de 2007

Funcionalismo (filosofía)

El funcionalismo es una de las posiciones clásicas de la filosofía de la mente. Su tesis central es que los estados mentales son estados funcionales.


Qualia [singular: quale, en latín y español]. Término filosófico que define las cualidades subjetivas de las experiencias mentales. Por ejemplo, la rojez de lo rojo, o lo doloroso del dolor, el funcionalismo de la funcion.
Los qualia simbolizan el "gap" (hiato) explicativo que existe entre las cualidades subjetivas de nuestra percepción y el sistema físico que llamamos cerebro. Las propiedades de las experiencias sensoriales son, por definición, epistemológicamente no cognoscibles en la ausencia de la experiencia directa de ellas; como resultado, son también incomunicables. La existencia o ausencia de estas propiedades es un tópico calurosamente debatido en la filosofía de la mente contemporánea.
Los Qualia han jugado un rol importante en la filosofía de la mente, principalmente porque son vistos como una refutación de facto del fisicalismo. Hay un debate sobre la precisa definición de los qualia dado que varios filósofos enfatizan o deniegan la existencia de ciertas propiedades.
3.3 Externalismo
4 Bibliografía 5 Enlaces


Funcionalismo y estados funcionales
El tema central de la filosofía de la mente es el problema mente-cuerpo, producto de la pregunta acerca de la naturaleza de los estados mentales. ¿Pueden estos integrarse en una concepción materialista o pueden explicarse únicamente por medio de un espíritu inmaterial? El funcionalismo defiende la tesis de que los estados mentales son estados funcionales. Puesto que los estados funcionales pueden ser realizados por sistemas materiales, el funcionalismo se concibe generalmente como una posición materialista. No obstante, hay que considerar que el funcionalismo adopta en primer lugar una posición neutral desde el punto de vista ontológico: en principio no dice nada en contra de que también sistemas inmateriales –si los hubiera– pudieran caracterizarse funcionalmente.
Un estado funcional se caracteriza por que ante un determinado input reacciona con un determinado output y pasa a otro estado funcional. La idea de estado funcional puede explicarse mediante sencillos ejemplos. El filósofo Ned Block propone el ejemplo de una máquina expendedora de bebidas: Pensemos en una máquina expendedora que, al recibir un euro, devuelve un refresco. Para ello acepta monedas de 1 euro y de 50 céntimos. Para funcionar, la máquina dispone diversos estados internos. Ha de haber un estado en el que la máquina pide un euro para expulsar un refresco, pero también ha de haber un estado en el que la máquina sólo piede 50 céntimos. Podemos ilustrar la arquitectura funcional de dicha máquina mediante la siguiente sencilla tabla:


La máquina posee dos estados diferentes que responden, respectivamente, a dos inputs diferentes, y o bien se mantiene el mismo estado o bien se transforma en otro estado. Esta tabla define los estados funcionales. En tal caracterización de los estados funcionales de un sistema, lo decisivo es que esta es independiente de la concreta realización física del sistema: es completamente irrelevante que la máquina sea de plástico o de acero.
La tesis del funcionalismo es que también los estados mentales pueden describirse de esa manera. Quien se encuentra en un estado mental concreto (por ejemplo, tiene dolor de cabeza o piensa que hoy es lunes), ante un determinado input reaccionará de determinada manera y pasará a otro estado mental (funcional). Todos los funcionalistas tienen claro que la descripción de la vida interior mental ha de ser incomparablemente más compleja que la descripción de una máquina expendedora. Lo determinante de esta tesis es que, según ella, la disposición de estados mentales es independiente de la realización física. De este modo, una computadora o un robot podrían tener estados mentales si realizan los mismos estados funcionales que un ser vivo dotado de conciencia.
La evolución del funcionalismo [editar]
El desarrollo del funcionalismo está estrechamente ligado a los problemas de la teoría de la identidad y la aparición de la ciencia cognitiva. La teoría de la identidad fue formulada en los 50 por John Smart y Ullin Place. Afirma que un estado mental (dolor de cabeza, por ejemplo) es idéntico a un estado neuronal.
Contra esta teoría se presentó la objeción de que es empíricamente plausible que diversos seres se encuentren en la misma situación mental y, a la vez, se encuentren en estados neuronales diferentes. Es de suponer, por ejemplo, que humanos y gatos pueden tener dolores de cabeza. Sin embargo, los cerebros son tan diferentes que resulta poco plausible que, en ese caso, se encuentren en el mismo estado neuronal. En filosofía se habla aquí de realización múltiple.
Máquina de Turing

A esto se suma que en los años 50 y 60 surgieron la inteligencia artificial (IA) y la ciencia cognitiva. La teoría de la identidad parecía excluir de antemano que un robot pudiera tener conciencia, ya que carece de estados neuronales.
En esta situación, el funcionalismo, formulado por primera vez por Hilary Putnam en 1960, parecía ser una clara mejora, ya que describe los estados funcionales como independientes de su realización concreta. Por tanto, la realización múltiple no le plantea ningún problema a este funcionalismo. Tampoco excluye éste que sistemas sin cerebro biológico puedan tener estados mentales. Incluso una máquina de Turing puede, en teoría, realizar cualquier estado funcional. Estas ventajas hicieron del funcionalismo la filosofía al uso en la inteligencia artificial y la ciencia cognitiva. Entretanto, debido a los problemas del funcionalismo, este estatus ha sido de nuevo cuestionado.
Objeciones contra el funcionalismo [editar]
Pese a su popularidad, el funcionalismo ha de enfrentarse a serias objeciones.
Realizaciones arbitrarias [editar]
Una de las objeciones clásicas al funcionalismo se debe al filósofo Ned Block. Block se sirve del hecho de que los estados funcionales pueden realizarse en sistemas diversos. Mediante un experimento mental, Block trata de imaginar una situación en la que un sistema tenga la misma arquitectura funcional que una persona consciente, pero que carezca de conciencia. Si tal sistema puede existir, entonces los estados funcionales no pueden ser idénticos a los estados mentales.En el artículo "Troubles with Functionalism", Block imagina que el gobierno chino se convierte al funcionalismo e intenta realizar una mente humana. Cada chino recibe un aparato de radio que, conectado a unos satélites, le permite comunicarse rápidamente con los demás. Podríamos entonces hacer que la población llevara a cabo las acciones precisas para realizar todas las funciones cerebrales que el funcionalismo diría que son necesarias para que una persona tuviera dolor. Por ejemplo, dado el input X, todo lo que tendría que hacer la nación es devolver el output Y, siendo X e Y, respectivamente, los input y output que el funcionalismo describiría como dolor. En tal caso, podríamos decir que la nación entera tenía dolor, según la definición funcional. Así pues, según Block, ese sistema compuesto de personas, aparatos de radio y satélites podría realizar cualquier estado funcional que puede realizar una persona. Sin embargo, dice Block, es completamente absurdo suponer que dicho sistema tenga estados mentales. La objeción de Block se conoce como la objeción de las «realizaciones arbitrarias

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